22 mayo, 2025
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Vivir el barrio del Raval desde la Filmoteca de Cataluña

La Filmoteca de Cataluña programa, un año más, el taller de experimentación cinematográfica Vivimos el barrio, dirigido a jóvenes del Arrabal, con el objetivo de ofrecer un espacio de creación y reflexión alrededor de cuestiones sociales que afectan la realidad del distrito.

En el contexto de la quinta edición del Taller de experimentación cinematográfica Vivim el barri, que tendrá lugar del 30 de junio al 8 de julio, entrevistamos a Júlia Betrian, una de las coordinadoras del área de Educación y Mediación de la Filmoteca de Cataluña. Este proyecto de exploración audiovisual pretende ofrecer un espacio de creación y reflexión alrededor del cine para jóvenes vinculados al barrio del Raval, abordando, desde la creación colectiva, cuestiones sociales que afectan la realidad del distrito. La institución cultural dirigida desde julio del año pasado por Pablo La Parra, ha experimentado una serie de cambios transversales visibles sobre todo en su programación: que deviene políticamente vigente.

 

Hablamos sobre cómo esta nueva mirada ha resignificado la tarea del departamento de Mediación y Educación a la hora de formular nuevas propuestas pedagógicas basadas en el cine. También, sobre la necesidad de hacer de la Filmoteca un lugar para todo el mundo, donde pensar las imágenes fuera de la celeridad de la lógica comercial. Así como del papel del séptimo arte en la construcción de nuevos imaginarios y formas de archivo.

 

 

Este año celebráis la quinta edición consecutiva del taller de experimentación cinematográfica Vivimo el barri. ¿Cómo surge la idea de este proyecto?

 

Creamos este taller porque nos dimos cuenta de que, en el caso de muchos jóvenes que no tienen una cultura cinematográfica previa, el visionado de películas no era la puerta de entrada más idónea o que conectara más con sus motivaciones. A nosotros como equipo educativo nos interesaba encontrar la manera de que este público pudiera habitar la Filmoteca y que pudiera hacer cosas interesantes. Pero no conectaban con el visionado, por ejemplo, porque quizás ya habían visto las películas.

 

El cine no es solo ver las películas que a tí te gustan, y desde la Filmoteca lo que intentamos es que el cine también sea un espacio de descubrimiento y de reflexión.

 

 

Rodaje de uno de los cortometrajes del Taller de experimentación Vivimos el Barrio.

 

 

¿En qué consiste el proyecto Vivim el barri y qué lo distingue del resto de proyectos educativos que lleváis a cabo?

 

El taller de experimentación cinematográfica Vivim el barri es una iniciativa dirigida a jóvenes que viven en el Raval de Barcelona, así como a personas vinculadas a asociaciones y espacios del barrio.

 

La primera función de la Filmoteca no es hacer cine, pero lo que intentamos con el taller es ir algo más allá del hecho de aprender a hacer un cortometraje. Lo que hacemos es poner en contacto vecinos y vecinas, espacios del barrio, etc. con una potencialidad transformadora y un discurso que genere, que movilice las emociones e interpele a la juventud. Buscamos que el cine los pueda acompañar en la observación de este entorno y también en su transformación.

 

Más allá de los ocho días de trabajo creativo con los jóvenes participantes, el proyecto da lugar a la generación de un archivo a través de las películas que estos producen. Por lo tanto, estamos construyendo un archivo que documenta el barrio, hecho que adquiere una relevancia especial si consideramos que la Filmoteca también ejerce como espacio de conservación de archivos audiovisuales.

 

Además, estas piezas que crean, después las exhibimos en festivales, en muestras y también en centros educativos. Así, el proyecto se vincula con el territorio, puesto que permite la participación de centros educativos del mismo barrio, pero también abre las puertas a centros de otras zonas. Esta interacción facilita que otros colectivos puedan conectar con las vivencias del barrio, que a menudo son comunes en otros muchos lugares, y contribuir a una comprensión más matizada de un espacio a menudo estigmatizado por los medios de comunicación.

 

 

¿Qué impacto tiene el taller en los participantes?

 

El hecho de hacer cine hace que, después, muchos jóvenes que no tenían un interés inicial en ver cine, empiecen a sentir la necesidad de mirar más porque lo empiezan a entender de otro modo, a pensar cómo están hechas las películas, a hablar sobre ellas, etc.

 

Esto también lo decimos mucho nosotros; hablar sobre cine también es una manera de hacer cine. La conversación y el hecho de generar discurso también son importantes. También te puedes acercar al cine desde aquí, desde el hecho de que tú has visto películas, y esto te ha emocionado mucho. Igualmente puede pasar que tú hayas visto muchas películas, pero no te han generado un deseo, ni una transformación, ni una reflexión. En estos casos, hacer cine es otra manera de entrar.

 

 

 


El objetivo de la Filmoteca no es que la gente quiera ver mucho cine, sino que el momento en el que tú te acercas a este acto, sientas cosas, te movilice, sea un espacio seguro, de reflexión y un espacio colectivo también.


 

 

 

Normalmente, no se hace nunca cine sin ver cine, pero creo que, en cualquier caso, el objetivo de la Filmoteca no es que la gente quiera ver mucho cine, sino que el momento en el cual tú te acercas a este acto, sientas cosas, te movilice, sea un espacio seguro, de reflexión y un espacio colectivo también. Una Filmoteca, al final, también es su espacio, y también es la sala de cine que no es tan obvio hoy en día, porque los espacios de actividad colectiva o de acción cultural son quizás más escasos. Esto no quiere decir que tú no puedas ir a la Filmoteca sola, pero el hecho de estar con otra gente en la sala y de estar sobre todo en una sala sin distracciones, esto es una cosa que cada vez se valora más.

 

 

Además de este taller para jóvenes, ¿Cómo acercáis la programación y las actividades de la Filmoteca a la realidad del barrio del Raval?

 

Yo creo que hay una visión cada vez más clara de acercar la Filmoteca al barrio. De hecho, Pablo La Parra en su proyecto de dirección lo menciona y dice que es un equipamiento situado, tanto en cuanto al contexto físico –donde está situado físicamente– como el histórico, social, político, etc.

 

Creo que esto es una buena premisa sobre la cual crear proyectos educativos, tienes que tener en cuenta aquello que está pasando. Si tú creas las actividades sin tener en cuenta dónde estás, no es vinculante. Nosotros, desde el departamento de Educación y Mediación, trabajamos siempre desde esta visión, pero creo que toda la Filmoteca tiene también esta idea de contexto y de situación general. No es el mismo programar cine cuando pasan unas cosas que cuando pasan otras, y esto se está viendo mucho en la programación.

 

Además, no se trata de que la Filmoteca haga cosas por el barrio, sino de que haya una relación permeable. No es fácil, porque al final es una institución pública situada allí por unos intereses políticos y económicos, pero puesto que está, si hay esta visión, se pueden hacer cosas muy interesantes. Tanto para la Filmoteca puede ser muy interesante estar en el Raval como para el Raval puede ser interesante que haya una Filmoteca en el barrio.

 

 

¿Cómo se diseña el programa educativo de la Filmoteca de Cataluña?

 

La manera cómo diseñamos el programa educativo de la Filmoteca ha cambiado. Recientemente, hemos empezado a diseñar en función de aquello que tenemos en nuestro archivo y en el centro de conservación y restauración, las piezas que allí se conservan, se digitalizan, etc. También en función de aquello que pasa en la programación de los ciclos, exposiciones, biblioteca, programas públicos, etc., de la Filmoteca. Ahora todo está relacionado, y esto hace que el trabajo de mediación y educación sea un pequeño engranaje que se va articulando según las propuestas de las otras áreas.

 

Y esto hace que haya mucha más comunicación, que es muy provechosa para todas las partes. Nosotros no entendemos la mediación como aquella área que viene a acercar aquello que otras personas han creado o han diseñado, sino que en algunos casos hay un co-diseño y una conversación constante. Si algo puede interesar al ámbito de mediación es porque también puede interesar a otro público. Desde la visión de la mediación todas las áreas se contaminan, y esto es una cosa que creemos que está empezando a suceder que es muy deseable.

 

 

Actividad en la Biblioteca del Cinema de la Filmoteca de Catalunya.

 

 

¿Qué estrategias utilizáis para acercar el cine a públicos diversos, desde el área de mediación?

 

Es difícil hablar de estrategias como tal, pero, básicamente, el área de mediación y educación lo que intenta es crear espacios donde se pueda dar el encuentro entre el cine y estos públicos. La manera de diseñar estos espacios tiene mucho que ver con una visión pedagógica en la cual no es la institución la única que tiene el conocimiento sobre cine, sino que lo que intentamos es crear un espacio de aprendizaje y de creación compartida.

 

 

 


No es la institución la única que tiene el conocimiento sobre cine, sino que lo que intentamos es crear un espacio de aprendizaje y de creación compartida.


 

 

 

Hacemos muchos tipos de actividades. Algunas sí que son de experiencia de visionado, nosotros escogemos una película o una serie de películas, invitamos a unas personas y allí se produce un encuentro con el cine. Este tipo de encuentros no están co-diseñados y no están pensados en relación con las personas que vienen, sino que puede venir quién quiera. Estas actividades también nos gusta hacerlas, porque sabemos que también tienen un impacto en el aprendizaje del público, en su vida.

 

Pero también llevamos a cabo una serie de actividades que parten más del diálogo, como por ejemplo los proyectos Apadrina el teu equipament o Magnet que este año lo volvemos a hacer con el IES Feixes de Terrassa. En este, nosotros diseñamos actividades y proyectos con el profesorado y el alumnado, pero de manera más a medida. El mismo con Apadrina el teu equipament, que es un proyecto impulsado por Tot Raval, en el cual centros educativos del barrio del Raval apadrinan y hacen suyo un espacio, una institución cultural o una asociación cultural del barrio. Allí proponen, hacen, crean, etc., por lo tanto, se trabaja más desde esta perspectiva de la mediación, en la cual no es solo la institución quien tiene todo el conocimiento, sino que hay esta bidireccionalidad, intercambio y una co-creación.

 

 

¿Qué colaboraciones habéis hecho con otras instituciones? Puedes mencionar alguna que te parezca relevante o que te interese especialmente?

 

Sí, mira, con otras instituciones, por ejemplo, hay un instituto, el Instituto Miquel Tarradell, del barrio del Raval, que tiene un ciclo formativo de Atención a Personas en Situación de Dependencia (TAPSD). Los alumnos se forman para poder trabajar en residencias de gente mayor o con personas con diversidad funcional de cualquier clase. Un proyecto que hicimos durante unos cuantos años, y que es muy interesante, es un proyecto en el cual estos estudiantes vienen a la Filmoteca y aprenden todo el que hay, nosotros se los hacemos todas las explicaciones posibles desde la conservación hasta las exposiciones, la biblioteca, las salas de cine, y después ellos y ellas diseñan y piensan una actividad para personas en residencias o casales de gente mayor y residencias del barrio del Raval.

 

Esta colaboración intra-barrio está muy bien porque, por un lado, es un diálogo intergeneracional que nos interesa mucho. Además, hay el aprendizaje de estos estudiantes que están en un proceso formativo y pueden aplicar sus conocimientos en un caso concreto y, a la vez, hay el aprendizaje del recurso de la Filmoteca como servicio público tanto para los jóvenes como para la gente mayor a través del cine, un medio que es bastante popular como para que todo el mundo se sienta a gusto. Siempre es muy interesante este proyecto.

 

 

¿Cómo ha evolucionado la mediación cultural más en el ámbito del audiovisual?

 

Igual que ha evolucionado la relación de las personas con el audiovisual. Antes el acceso a los contenidos cinematográficos y a las películas era uno, y ahora todo esto es mucho más accesible. Por otro lado, el audiovisual está mucho más presente en nuestras vidas a través de los móviles, las redes y dispositivos varios. Esto hace que la percepción del cine también haya variado. También se ha modificado, por ejemplo, a través de este ultracceso, por así decirlo, la dificultad de elegir. Esto ha pasado con toda la información en general, más acceso a la información, pero mucha más dificultad para saber elegir y saber por dónde empezar.

 

Entonces, una cosa que hace una Filmoteca que no hacen otros espacios de cine, por así decirlo, es hacerte propuestas de ciclos y de visionado que no están generadas por un algoritmo y que están fuera de toda vocación comercial, sino que se trata de una vocación puramente artística. Esto es una de las claves del trabajo pedagógico en cualquier ámbito, generar deseo, generar el inicio de una ruta de lectura, de visionado, de descubrimiento de conocimiento.

 

 

Praxinoscopio usado en una de las actividades de la Filmoteca con centros educativos.

 

 

¿Qué papel crees que tiene el cine en la educación actual?

 

Creo que este papel ha evolucionado bastante. Antes, por ejemplo, se utilizaban películas para ilustrar un tema. Es decir, lo que hemos vivido muchos durante nuestra escolarización es que, para hablar sobre procesos migratorios, se nos ponía una película relacionada con esta cuestión y comentábamos la temática, pero no nos parábamos a analizar cómo se había hecho la película. Actualmente, hay muchos proyectos de creación cinematográfica en centros educativos. Son pocos los centros educativos que no han experimentado nunca con el audiovisual, porque hay unas herramientas que están muy al alcance y porque también ha habido formación en este sentido. También se ha evolucionado y experimentado con el lenguaje, se han hecho cosas muy interesantes para entender el cine desde la visión de la creación, no solo de la temática que aborda una película u otra.

 

 

¿Cómo pueden las Filmotecas ayudar a desarrollar el pensamiento crítico de las nuevas generaciones?

 

Mira, aquello que puede aportar una Filmoteca es la convivencia entre el pasado, el presente y el futuro. Con el trabajo de los programas públicos lo que se consigue es que las tareas de conservación y restauración también tomen una nueva dimensión: tú como conservadora o restauradora, estás preocupada por preservar la memoria y el pasado, documentarlo, lo más fiel y rigurosamente posible, también técnicamente. Es fundamental que haya personas conservando la memoria fílmica de un territorio, por eso es un equipamiento público, pero si no hay un trabajo de acercar, mostrar y visibilizar todo aquello que se conserva y se preserva, no tiene ningún sentido el trabajo de preservación y conservación.

 

 

 


aquello que puede aportar una Filmoteca es la convivencia entre el pasado y el presente y el futuro


 

 

 

Creo que es aquí donde nosotros, con estas fricciones entre el futuro, el presente y el pasado del cine, generamos un discurso y unas posibles narrativas que fomentan mucho el espíritu crítico y la vocación de generar pensamiento sobre hacia dónde va el cine. Por ejemplo, que alguien que quiera hacer cine tenga la posibilidad de ver películas de los años diez o de los años veinte tiene un impacto en su creación actual. Por otro lado, como todo arte, la vocación del cine es generar preguntas y espacios de diálogo y de crítica.

 

 

¿Cómo se abordan desde la Filmoteca las cuestiones de accesibilidad e inclusión con los programas educativos?

 

Tanto como podemos. Creo que las tenemos en cuenta, intentamos tener una visión anticapacitista, a pesar de que inevitablemente hay barreras. Lo que es importante desde esta visión anticapacitista es hacer evidentes las barreras, porque la persona que las tenga que superar acceda conscientemente. Por ejemplo, si no puedes oír, quizás no encuentres los subtítulos adaptados en todas las sesiones, a pesar de que intentamos que en muchas estén, pero hacer visible que los subtítulos no son adaptados es una manera de hacer que aquella persona sepa que tienen subtítulos, pero que no serán adaptados. Hay impedimentos y barreras físicas que también se pueden hacer patentes, es decir, cómo se entra y sale de las salas, cómo una visita guiada en una exposición puede permitir sentarse durante un rato en una silla o no, y todas estas cosas se van trabajando.

 

Un reto, por ejemplo, es todo el tema de la diversidad en relación con cuestiones más neurológicas y conductuales. Nosotros sabemos, por el profesorado, si hay niños que tienen TDAH o trastorno de espectro autista u otros patrones de conducta a los cuales debamos de prestar atención. Evidentemente, el espacio permite entrar, salir y adecuarse a estas necesidades, la duración de las películas está pensada para que puedan ser adecuadas para determinadas edades, etc.

 

En el caso de las sesiones familiares y las actividades que no son necesariamente de visionado, como los talleres, por ejemplo, intentamos también ofrecer diversidad de formatos: que se puedan hacer cosas de pintura, de construcción de películas, por ejemplo, con stop-motion en pequeños grupos, y esto permite que tengas las habilidades cognitivas que tengas puedas entrar.

 

También creo que para nosotros no es tanto dejar de hacer ciertas cosas, como poder ampliar las maneras de acercarnos sensorialmente a estas. Y esto creo que es un nuevo acercamiento que tenemos que ir trabajando y mejorando, y no solo en el área de mediación y educación sino en toda la Filmoteca.

 

 

Proyección de los cortometrajes del Taller de experimentación cinematográfica Vivim el Barri en las Ramblas de Barcelona.

 

 

¿Y qué perfiles tenéis en el equipo de mediación? ¿Cuántas personas lo conforman?

 

En el equipo de mediación somos dos personas y formamos parte del equipo de programas públicos, liderado por la Marina Vinyes. Las dos personas tenemos perfiles similares, en el sentido de que hemos estado vinculadas con la educación y con el cine desde varias vertientes. En cuanto a los estudios también hay diversidad, una, Ana Camps, es socióloga de formación y yo soy pedagoga, y las dos hemos ido haciendo formaciones y otros estudios aparte de la experiencia profesional relacionadas con el ámbito del cine. Estos caminos nos han permitido crear una mirada propia.

 

También tenemos personas de prácticas, que son muy importantes. Ahora mismo tenemos una persona de prácticas que ha estudiado Comunicación Audiovisual, pero pueden tener otros perfiles y venir de carreras diferentes.

 

 

¿Qué retos tenéis ahora mismo dentro del área de mediación?, y cómo ha afectado el cambio de la nueva dirección en el sentido de que también se ha pasado de Servicios Educativos a Mediación y Educación?

 

Uno de los retos es ofrecer un espacio de calma, es decir, creo que cada vez más hay una sobreestimulación en todos los sentidos –informativo, acústico, visual, etc.–. Nosotros somos un equipamiento público que queremos ofrecer muchas cosas, películas, actividades, etcétera, pero creo que el mundo actual pide más pausa y más profundidad. Entonces, el reto es continuar ofreciendo cosas diversas y que puedan comprender muchos ámbitos, pero a la vez ofrecer un espacio de calma y seguridad, un espacio donde se pueda dialogar. Esto tiene mucho que ver con el trabajo que hacen los centros educativos. Es decir, si tú te pasas un día por un centro educativo, sobre todo infantil y primaria, hay un ritmo que creo que en otros lugares ya no respetamos, es un ritmo más pausado, con menos contenidos, menos estímulos, más atención. Creo que la cuestión de la atención es un reto del presente y a la vez una oportunidad porque el cine es un espacio que requiere presencia.

 

 

 


Es interesante estar en una sala a oscuras y ver una película, al final requiere una presencia cada vez más valiosa incluso políticamente.


 

 

 

Es interesante estar en una sala a oscuras y ver una película, al final requiere una presencia cada vez más valiosa incluso políticamente. Es un reto no intentar sobresaturar las cosas. También cuidar el equipo y tener un espacio para poder pensar y hacer el trabajo bien. En esta sociedad hemos mitificado el hecho de hacer muchas cosas como algo positivo, y no lo es. 

 

El cambio de nombre del departamento responde a un cambio de visión. Desde la mediación y la educación entendemos que no es solo la Filmoteca quien tiene los conocimientos. Nosotros entendemos que tiene que ser un espacio permeable. Es por eso que el departamento de Educación y Mediación, no somos un servicio más, como quien tiene un servicio de bar, sino que es un área de pensamiento propio que se articula en función de aquello que está pasando tanto en el exterior como en el interior de la Filmoteca. Esto es una visión muy clara que compartimos todo el equipo.

 

 

 

 

 

Taller de experimentación cinematográfica “Vivim el barri”!

Enlace de inscripción “Vivim el barri”: https://forms.office.com/e/cn6nrg9PAg

Més informació: https://www.filmoteca.cat/web/ca/article/vivimbarri2025

 

 

 

 

 

Sobre el autor

 

Robert Cortés Uroz se ha formado en Comunicación Audiovisual en la Universitat Pompeu Fabra y estudia el postgrado de Educación en Artes Visuales en la Universitat de Barcelona. Actualmente trabaja como coordinador pedagógico en la ESCAC, asimismo combina la realización de proyectos audiovisuales con la escritura. Es colaborador habitual de la revista cultural Metal Magazine. Poemario para la duda es su primer libro.

 

Poliédrica, espacio de visibilidad del sector 

 

Poliédrica es un medio que vehicula y difunde prácticas y reflexiones de los y las trabajadoras culturales y de la educación que trabajan desde la mediación cultural, artística y comunitaria y las prácticas colaborativas. Somos un espacio de visibilidad donde los y las profesionales pueden sumarse a una conversación pública, colectiva y diversa. Como plataforma, buscamos canalizar el diálogo, la discrepancia, el consenso y la controversia y favorecer que este debate abra horizontes de posibilidades y facilite la interrelación entre agentes.